En Nuipashikuri, Eugenia Rendón de Olazábal encuentra su inspiración en la leyenda Náhuatl con el personaje homónimo que hace una promesa de celibato que no cumple y es castigado por los dioses. El uso de cactus en sus imágenes son la representación de la relación que tenía este personaje con su gran falo.
Eugenia Rendón de Olazábal,
Nuipashikuri,
de la colección Colección Manuel Álvarez Bravo
Te puede interesar
Eugenia Rendón de Olazábal,
1985,
de la colección Colección Manuel Álvarez Bravo
Eugenia Rendón de Olazábal,
Nuipashikuri,
de la colección Colección Manuel Álvarez Bravo
Eugenia Rendón de Olazábal,
Nuipashikuri,
de la colección Colección Manuel Álvarez Bravo