A finales de la década de 1840, Roma se convirtió en un centro de reunión para fotógrafos amateurs. Cuccioni, quien originalmente trabajaba como topógrafo, se dedicó a fotografiar monumentos y paisajes experimentando con negativos de vidrio.
Tomasso Cuccioni
Te puede interesar
Edward Steichen,
Balzac hacia la luz de medianoche,
1909,
de la colección Colección Manuel Álvarez Bravo
Fotógrafo no identificado,
1942,
de la colección
Juan Guzmán,
1962,
de la colección Juan Guzmán