Fotógrafa estadounidense que vive y trabaja en Nueva York. Nació en 1954 en Glen Ridge, New Jersey.
De 1972 a 1975 estudió Arte en la Universidad Estatal de Nueva York en Búfalo. En 1977 se trasladó a Nueva York con su amigo Robert Longo, donde tuvo contacto con el arte conceptual y el performance. Sherman se interesó principalmente en los proyectos que empleaban fotografía. Tomó sus primeras fotografías en 1975 en respuesta a una clase en la que se le asignó un trabajo fotográfico en serie, en el cual la artista se documentó a sí misma en diferentes disfraces. Sus primeras fotografías eran en blanco y negro de tendencia conceptual; más tarde, empezó a crear imágenes en color, de mayor tamaño que el natural y de un gran dramatismo.
La crítica considera que la artista toma nuestra memoria visual colectiva como punto de partida al crear sus obras en cuya mayoría utiliza su propio cuerpo disfrazado y con peluca para dar vida a la situación que va al fotografiar. Al emplear recursos provenientes de los medios masivos de comunicación tales como viejas películas, teatro, televisión y revistas, crea imágenes de mujeres estereotípicas explorando la identidad femenina a través de sus fotografías. En ellas sus protagonistas son desde heroínas de películas de los cincuenta y sesenta, personajes femeninos históricos y de la historia del arte o muñecas grotescas con prótesis cuyos cuerpos parecen estar dislocados y en descomposición.
Igualmente ha producido fotos de modas en las que caricaturiza el ideal de belleza femenina socialmente aceptado. Además de fotografía, también ha trabajado con el video; en 1997 rodó su primera película, Office Killer. Su provocadora obra ha influenciado a las subsecuentes generaciones de artistas feministas. Cindy Sherman declaró que sus fotografías deben ser entendidas como “arte conceptual”. En toda su variedad de temáticas, en las series hay algunos temas constantes así como su preocupación por la pintura, la cual investiga utilizando medios fotográficos, o la imagen social de las mujeres. La crítica ha considerado que los temas del sexismo y el consumismo en la sociedad contemporánea tiene un paralelo en el trabajo de las artistas Barbara Kruger y Jenny Holzer.