El Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) con el apoyo de la Filmoteca de la UNAM, la Cineteca Nacional, Fundación Televisa y del Sindicato de Trabajadores Técnicos y Manuales de la Producción Cinematográfica (STYM), realizará una retrospectiva en honor a Julio Bracho, compuesta por siete películas.
Julio Bracho es uno de directores más representativos del cine nacional, con más de 30 años de trayectoria cinematográfica, sus películas se han convertido en un referente único del cine realizado en México desde los años 40 hasta la década de los 70.
Las películas que se proyectarán en el 14º FICM son:
- ¡Ay, qué tiempos señor don Simón! (1941)
- Historia de un gran amor (1942)
- Distinto amanecer (1943)
- La corte de Faraón (1944)
- Crepúsculo (1945)
- Rosenda (1948)
- La sombra del caudillo (1960)
Julio Bracho nació en Durango, Durango, el 17 de julio de 1909. Su interés por las artes comenzó desde pequeño, pronto se dio a conocer en el medio cultural como director de teatro. Luego de una amplia y valiosa temporada como dramaturgo, en 1941 dirigió su primer largometraje, la comedia ¡Ay qué tiempos, señor don Simón!, un éxito en taquilla que recaudó la cifra récord de poco más de 137 mil pesos de ese entonces.
Gracias al éxito obtenido dirigió Historia de un gran amor (1942), adaptación cinematográfica de la novela El niño de la bola, de Pedro Antonio de Alarcón. Posteriormente realizó, bajo el auspicio de la productora Films Mundiales, La Virgen que forjó una patria (1942), Distinto amanecer (1943) y La corte de Faraón (1944). Eduardo de la Vega Alfaro señala que Distinto amanecer es una obra cumbre que coloca a Bracho como un cineasta auténtico: “es, con mucho, una plena obra ‘de autor’ en la medida en que refleja con fidelidad el tipo de vida urbana clase media y culterana de la que Bracho era un digno representante, la cinta ha trascendido su época justo por el sólido retrato de mentalidades citadinas de un sector social que hasta ese momento había sido visto de manera muy tangencial por el cine mexicano.”
En su siguiente película, Crepúsculo (1945), Bracho consolidó su estilo y lo posicionó como uno de los directores representativos de la llamada Época de Oro del Cine Mexicano. Sin embargo, fue con Rosenda (1948) que alcanzó uno de los puntos más altos de su carrera cinematográfica. Basada en un texto homónimo del michoacano José Rubén Romero y producida por Salvador Elizondo, la película muestra la destreza y madurez lograda por Bracho, De la Vega destaca: “la trascendencia de Rosenda radica justamente en haber sido un campo de experimentación formal para su ambicioso y culto realizador, mucho más allá de las vicisitudes del buen relato costumbrista y romántico en el que se basó”.
El periodo de 1949 a 1959, en el que la época dorada del cine mexicano fue en decadencia, Bracho dirigió más de 20 melodramas, la mayoría convencionales y alejados de las preocupaciones propias. No obstante, en 1960 llegó la oportunidad que había esperado desde hacía tiempo para llevar a la pantalla grande La sombra del caudillo, novela homónima de Martín Luis Guzmán. La coyuntura política en México impidió que la película fuera exhibida en la salas cinematográficas del país. Esperando el estreno de su filme, realizó otros 12 largometrajes y murió el 26 de abril de 1978 en la Ciudad de México. Después de una censura prolongada por 30 años, La sombra del caudillo fue estrenada en México en 1990.
Además, en el marco del 14º FICM se realizará la exposición fotográfica Julio Bracho, el misterio de la luz crepuscular, con imágenes del archivo de Fundación Televisa. La exposición podrá ser visitada a partir del 21 de octubre y hasta el 18 de noviembre en la Plaza Benito Juárez