“Como todo buen cinematógrafo, Antonio Reynoso supo poner sus ojos al servicio de las ideas de otros, al tiempo que imprimió su sello personal en cada toma. Su calidad fotográfica y su dominio de la técnica hicieron de su trabajo algo excepcional. Las propuestas estéticas de creadores como Alejandro Jodorowsky o Juan José Gurrola encontraron en la mirada de Reynoso la traducción visual que necesitaban.
Por su parte, su obra fotográfica es concisa. Revela un número reducido de obsesiones visuales (el desnudo femenino, las vecindades, la muerte, los vastos espacios en torno al lago de Texcoco, una mirada desfolklorizante del campo, las mujeres en umbrales…) que, sin embargo, exploró de manera profusa, y que perfilan una búsqueda autoral. Si bien en sus imágenes pueden percibirse rasgos de las enseñanzas de Manuel Álvarez Bravo y la influencia de Henri Cartier-Bresson, el autor desarrolló una mirada propia contundente.
El resultado es la combinación de fotografías e imágenes en movimiento, acompañadas de documentos y testimonios sobre el autor. Así, el Centro de la Imagen intenta subsanar la deuda que la historia del cine y de la fotografía tienen con Antonio Reynoso, cuya obra sirvió como puente entre los fotógrafos de la primera y la segunda mitad del siglo XX.”
Centro de la Imagen. Del 25 de mayo al 31 de agosto.